El Planeta de los Libros, la literatura en la radio. Programa de radio emitido en el Círculo de Bellas Artes (Radio Círculo).
 

Con la intención de extender el amor por los libros y la pasión por la escritura de creación, El Planeta de los Libros y Escuela de Escritores convocan el I Concurso de Microcuentos “El Planeta de los Libros”, que se desarrollará del 24 de mayo al 28 de junio de 2005.

La semana del 8 al 14 de junio, además de la radio, el libro en el que se inspirarán los microcuentos es: "El déspota adolescente", una colección de relatos de Lorenzo Silva en torno a la juventud.

- Semana 1: reseña literaria y ganador -

- Semana 2: reseña literaria y ganador -

- Semana 3: reseña literaria y ganador -


- Relatos ganador y finalistas -

- Acta y fallo del jurado -


- Reseña literaria -

- Bases del concurso -

 

 

RESEÑA LITERARIA

EL DESPOTA ADOLESCENTE de Lorenzo Silva

El autor

Lorenzo Manuel Silva Amador, más conocido como Lorenzo Silva, nació el 7 de junio de 1966. Estudiante de Derecho y abogado durante 10 años, en su creación literaria destacan especialmente sus novelas, y también cuentos, artículos, ensayos literarios, libros de poesía, teatro y guiones cinematográficos, como “la flaqueza del bolchevique”, finalista del premio Nadal 1997 y llevada al cine por Manuel Martín Cuenca, coguionista junto al autor y finalistas ambos del Goya al mejor guión adaptado en 2004.

Entre sus premios literarios, Carta blanca, ambientada en los años 20 y 30, entre la Guerra de Marruecos y la Guerra Civil, obtuvo el Primavera 2004. El nombre de los nuestros quedó Finalista del Premio Ciudad de Cartagena de Novela Histórica 2002. El álbum Laura y el corazón de las cosas (ilustrado por Jordi Sábat) obtuvo el Premio Destino Infantil-Apel.les Mestres 2002-2003. El alquimista impaciente ganó el Premio Nadal 2000 y El lejano país de los estanques fue galardonado con el Premio Ojo Crítico 1998.

La obra

Esto dice el autor respecto a El déspota adolescente: “Todos estos relatos aluden, en mayor o menor medida, a la juventud, o si se quiere, a la inmadurez. Sus personajes la añoran, tratan de rechazarla o aceptan su pervivencia; ya sea como una forma de pureza o como una forma de condenación. Pero en todo caso, se sienten sujetos a ella. Muchos de ellos reconocen no haberla superado, porque hablan consigo y consigo uno siempre dice verdad, aunque esa verdad difiera de lo que conviene que los demás crean de uno. Vivimos, envejecemos, acumulamos experiencias; pero nunca vencemos del todo nuestra perplejidad inicial, nunca nos sacudimos de encima a ese déspota adolescente que se impone a nuestras canas, a nuestros logros y a nuestros fracasos. Ésa es la idea (atroz o esperanzadora, según el gusto del consumidor) que, sin yo querer, fue componiendo este libro”.

El libro está compuesto por dieciocho cuentos escritos en el transcurso de los últimos catorce años y que, en diferentes gradaciones, tienen como elemento común la relación que establecen sus protagonistas con la juventud, ya sea con nostalgia -en muchos casos la mirada al pasado sirve como catártico rudimento de historias que han marcado la vida de los personajes-, con resignación ante su poderoso influjo o con rechazo. El déspota adolescente es, además del relato que da título a este volumen, el icono perfecto de esa íntima inmadurez de la que nunca, pese a los más elaborados roles de adulto que podamos desempeñar, y pese al ineludible paso del tiempo, conseguimos desprendernos totalmente.

La hija de un militar republicano que evoca a su padre, un canónigo que se duerme en la homilía y recuerda su vida llena de claroscuros, un lupanar de Marrakech donde se cuentan las más bellas historias de amor o un forastero que responde al reclamo de una cita a ciegas son algunos de los personajes y peripecias de Lorenzo Silva que demuestran que con pequeñas historias se puede conseguir gran literatura.

 

 

Bases del concurso

Participantes

     Podrá participar cualquier persona desde cualquier lugar del mundo siempre que        el texto esté escrito en español y cumpla las bases del concurso.

Tema

     Todos los microcuentos deberán mencionar la radio o incluir elementos
       relacionados con la misma.

     Además, cada semana, los microcuentos deberán estar inspirados en un libro
       que se anunciará en el programa El Planeta de los Libros (los martes a las
       22:00h.) y que se publicará ese mismo día en las páginas web de El planeta de
       los libros (www.elplanetadeloslibros.com) y de Escuela de Escritores
       (www.escueladeescritores.com).

     Los libros que servirán de inspiración a los microcuentos se harán públicos los
       martes 24 y 31 de mayo, y 7 de junio. Podrán presentarse tantos textos como se
       deseen semanalmente siempre y cuando se entreguen antes de las 24:00 horas
       del martes siguiente al anuncio del tema.

Extensión

     La extensión máxima de los relatos será de 300 palabras.

Plazo de entrega

     Los textos correspondientes a cada semana deberán entregarse antes de las
       24:00 horas del martes siguiente al anuncio del tema. Los relatos presentados
       después de esa hora serán descalificados.

Formas de envío

     Los relatos deberán entregarse a través del formulario que se encontrará en la
       página web de Escuela de Escritores:
       (www.escueladeescritores.com/microcuentos).

     Y a la que se podrá acceder también a través del enlace Concurso Microcuentos
       en la página del programa radiofónico (www.elplanetadeloslibros.com)

     No se devolverán los originales no premiados, que serán destruidos.

Dotación

     Los días 7, 14 y 21 de junio, en el programa El Planeta de los Libros se
       anunciará el ganador de los textos recibidos hasta el martes de la semana
       anterior. Dicho texto ganador, así como los relatos que el jurado estime que
       tienen la suficiente calidad, serán leídos en el programa el planeta de los libros y
       publicados en las páginas web de El Planeta de los Libros y Escuela de
       Escritores. Asimismo, el ganador semanal recibirá un lote de libros.

     Al término de las 3 semanas de duración del concurso, el jurado elegirá el
       ganador absoluto entre los 3 relatos ganadores de cada una de las semanas. El
       nombre del ganador se anunciará en el programa El planeta de los libros, el
       martes 28 de junio, donde será leído de nuevo. Su autor recibirá como premio
       una beca trimestral para cualquiera de los cursos de Escuela de Escritores y una
       Medalla Conmemorativa de El Planeta de los Libros que le será entregadas por
       el escritor Lorenzo Silva, padrino de esta I Edición del Concurso, en el
       transcurso de un acto en Madrid cuya fecha se indicará oportunamente.

Jurado

     El jurado estará formado por escritores y profesores de reconocida capacidad y
       será seleccionado por El planeta de los libros y Escuela de Escritores.

     El fallo del jurado se hará público el día 28 de junio y, posteriormente, se
       publicará en las páginas web de El planeta de los libros y Escuela de Escritores.

     El fallo del jurado será inapelable, quedando facultado para resolver cualquier
       incidencia que pudiera producirse y que no esté contemplada en las bases.

     El concurso no podrá ser declarado desierto.

     La participación en el concurso implica la aceptación de estas bases.

 

 

Relatos ganador y finalistas

GANADOR 3ª SEMANA

AUTOR: Eloy Serrano Barroso - TÍTULO: La hora de la siesta

Ayer, a la hora de la siesta, vino a verme Lola. Les dije a mis padres que estaríamos en mi cuarto y que no nos molestaran. Ellos me miraron con esos ojos de espanto con que últimamente me miran, como a un loco que en cualquier momento les va quemar la casa.

Ya en mi habitación le conté a Lola que, siendo yo un crío, mis padres se encerraban en su cuarto para echarse la siesta, y que algunas veces, cuando ponían la radio a todo volumen, se levantaban después con los ojos tan brillantes que parecía que habían estado llorando y riendo al mismo tiempo. Siempre era mi madre quien primero salía del cuarto, canturreando, y pasados unos minutos aparecía mi padre, que seguía su rastro. Luego se encontraban por los rincones de la casa como niños que jugaran al escondite. En esos momentos yo no existía para ellos. Mi padre le hablaba al oído a mi madre, y a veces yo podía escuchar las palabras cogidas al vuelo: “Ha estado bien, ¿eh, Rosa?” Mi madre le decía “tonto”, pero sin enfadarse, retorciéndose de risa como si unas manos invisibles le hicieran cosquillas. Yo no comprendía nada, pero entendí que había dos tipos de siesta, las siestas sin más y las siestas de “ha estado bien”.

Lola, con la cabeza apoyada en mi pecho, se rió al oírme contar esta historia, y luego nos echamos una siesta de esas, de las de “ha estado bien”. Imaginé a mis padres sentados en el sofá del salón, como dos animalitos acorralados que no se atreven a moverse, pero no encendí la radio. Nunca lo hago, me gusta que sean siempre ellos los que tengan que subir el volumen de la televisión.

 

FINALISTAS 3ª SEMANA

AUTOR: Matías Candeira de Andrés - TÍTULO: El juego

—¡Hurones! ¡Las medias de la reina huelen a hurones muertos!

El hombre anciano, de ojos enormes y dientes que parecen transistores de radio, grita eso a los inmensos muros del palacio real, y después coge una piedra, la lanza contra la ventana del torreón, y se pone a correr por el jardín. Al pasar frente al gran portón, el anciano levanta su enorme camisón blanco y les enseña el trasero a los guardias.

—¡Bastardos! ¡Opresores! —les espeta.

Los guardias lo miran, así, como diciendo: son las dos de la madrugada, por el amor de Dios. Suspiran, y le dejan cierta ventaja al empezar a perseguirlo.

El hombre anciano, entretanto, se excita muchísimo al darse un chapuzón en la fuente real, retozando, con los ojos llenos de lágrimas. Y así, poco después del baño, los guardias lo sorprenden arrancando un trozo enorme de maleza de una de esas figuras talladas en los setos. Otra obra de artesanía echada a perder, se lamentan. ¡Un bonito conejo que ya no tiene patas! Lo peor de todo es que saben, con total certeza, que no está loco.

Ambos procuran, al apresarlo, no apretar demasiado con las lanzas en su espalda, y el anciano sigue gritando improperios, mientras se ríe entre dientes. Menta a sus madres, a las madres de sus madres y a los recaudadores de impuestos. Los guardias suspiran de nuevo, lo meten en el calabozo —órdenes son órdenes— y le dejan una fuente con ciervo asado y patatitas al estilo reina Maud junto a la rejilla de los alimentos.

—Majestad —dicen, mirándolo con preocupación—, coma un poco y duérmase.

—¡Otra vez! —dice el hombre anciano—. Quiero jugar otra vez.

 

AUTOR: Valentina Truneanu Castillo - TÍTULO: Revelación en el cónclave

El Papa había muerto. El cardenal Lorenzo asistió a las exequias y se unió al resto de los prelados en el cónclave. Cargaba consigo un radio portátil que escondía dentro de su sotana y unos audífonos inalámbricos fácilmente confundibles con un aparato para mejorar la audición. Solía sintonizar una emisora de música clásica y, durante la intervención del cardenal Pietrosemoli, transmitieron la Patética de Beethoven. Los ojos del cardenal Lorenzo se cerraron sin que él mismo lo notara. Tenía sesenta y dos años, joven para ser cardenal, aunque se sospechaba cercano al final de su recorrido. La Patética convocó su infancia de timidez, anacrónica con los escándalos y la música bailable de su ciudad latinoamericana. Constante víctima de la crueldad de los niños de la cuadra y del colegio, pensaba en la vida de Cristo para reconfortarse. El bachillerato lo padeció como un vía crucis ante la indiferencia de las chicas, los profesores y los compañeros. Aún recordaba la reacción de su madre cuando quiso ser sacerdote.

“La vocación no existe. Tú quieres ser sacerdote para huir del mundo”. Lorenzo no se sintió fugitivo al entrar en el seminario ni al ser ordenado, pero sí lo invadía el desconcierto ante las caras distraídas de la gente durante las homilías. Quiso irse a donde estuvieran los fieles y se labró su lugar en el Vaticano. Años después, la rutina lo agobiaba. La Patética concluía y el cardenal Lorenzo vio a través de sus ojos cerrados que seguía a un sacerdote, quien anunciaba “Habemus Papam” ante el balcón y lo dejaba delante de una multitud que lo aplaudía y esperaba una bendición urbi et orbi. La Patética terminó y el cardenal Lorenzo se despertó. Entonces, notó la audiencia en silencio y los ojos de todos los cardenales fijos en él.

 

AUTOR: Lola Sanabria García - TÍTULO: Aprendizaje y adolescencia

Todos los meses de agosto, mis padres alquilaban una habitación en una casa de un pueblo de la sierra. A la hora del café, las mujeres escuchaban Ama Rosa en la radio mientras Paquito, el hijo de la dueña, y yo, nos escabullíamos hacia la puerta. Con él aprendí a coger renacuajos con la mano de la charca del tío Bernardo y a esperar a la caída de la tarde, escondidos entre los juncos, a que bajaran los pájaros a beber agua al río para dispararles con la escopeta de perdigones.

Cuando tenía quince años, encontré un día a Paquito con el ojo pegado a la cerradura del cuarto de baño comunitario donde, en lugar de llave, se utilizaba un cerrojo. Los muslos desnudos y las bragas enrolladas en los tobillos de la hija de los otros veraneantes de la casa, eran una tentación muy fuerte y yo también miré. Después vinieron los encuentros del padre de la niña con el volumen de tetas de la vecina de enfrente y los desahogos del hermano de Paquito mientras hojeaba una revista guarra. Un día pillé a mi amigo con el ojo aplicado a la cerradura y una mano dentro del bañador. Se azaró y sacó la mano enseguida. Me acerqué, miré, me volví rojo de ira y le di un puñetazo. Con el alboroto, salió mi madre del cuarto de baño y, aunque no le dijimos por qué peleábamos, un clavo del que colgaba una cuerda con un cartón, cegó desde ese día el hueco de la cerradura. Después de aquello, evité la compañía de Paquito y frecuenté más el casino y las chicas. Uno de aquellos veranos, robé un beso con sabor a Cola Cao a mi primera novia.

 

 

Acta y fallo del jurado

 

A la finalización del plazo de recepción de relatos para la segunda propuesta (El amor en los tiempos del cólera) del I Concurso de Microcuentos “El Planeta de los Libros”, se recibieron un total de 34 relatos que cumplían los requisitos de las bases. Estos relatos fueron objeto de una primera lectura por parte de los miembros del jurado, en la que se seleccionaron los 12 relatos semifinalistas entre los que, por votación, se eligió el relato ganador. En dicha votación, cada miembro del jurado distribuyó los siguientes puntos:

     7 puntos para el relato que considerase el mejor.

     5 para el segundo.

     3 para el tercero.

     2 para el cuarto.

     1 para el quinto.

Finalizada la votación y contados todos los votos emitidos, se produjo un empate entre los relatos número 19, titulado “La hora de la siesta” y número 4, titulado “El juego”. Tras la correspondiente votación de desempate, por 3 votos contra 2, el jurado del I Concurso de Microcuentos “El Planeta de los Libros” compuesto por Nieves Martín, Ángeles Lorenzo, Daniel Saavedra, Germán Solís y Javier Sagarna, que actuó como secretario con voz y voto, acuerda conceder los siguientes premios:

     Relato ganador, con 20 +3 puntos, del premio de un lote de libros, clasificación
      para la final del concurso, lectura del texto en el programa “El planeta de los
      libros” y publicación del texto en las páginas web de Escuela de Escritores y El
      Planeta de los Libros:

         La hora de la siesta, cuyo autor es Eloy Serrano Barroso, de Madrid (España).

     Asimismo, el jurado decide otorgar una mención de honor y recomendar la
      lectura en el mencionado programa de radio, así como la publicación en las
      páginas web de Escuela de Escritores y El planeta de los libros, del relato
      clasificado en segundo lugar:

         El juego, de Matías Candeira de Andrés, de Madrid (España).

     También recomienda la lectura radiofónica y publicación en las citadas páginas
       web de los siguientes relatos:

         Revelación en el cónclave, de Valentina Truneanu Castillo, de Maracaibo
          (Venezuela).

         Aprendizaje y adolescencia, de Lola Sanabria García, Madrid (España).

El jurado quiere felicitar al ganador y a los demás autores mencionados, así como a todos los autores participantes, por el trabajo realizado y agradecerles su participación.

Madrid a 21 de junio de 2005

El Secretario,

Javier Sagarna.

 
 
 

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Última actualización: 24 de mayo de 2005